Una inquietud frecuente de nuestros clientes al utilizar la firma electrónica es: ¿qué ocurre si la firma electrónica del firmante no es exactamente igual a su firma manuscrita?
A tal efecto, es importante tener en cuenta lo siguiente: para que una firma electrónica sea válida no resulta necesario que ésta sea exactamente igual a la firma manuscrita del firmante. Esto se debe a que el dispositivo electrónico utilizado para firmar no resulta igual al papel y, por lo tanto, la firma electrónica puede alterarse si se la compara con una firma manuscrita.
No obstante, y de la misma manera, dos firmas manuscritas o electrónicas realizadas por la misma persona pueden ser diferentes entre sí (por ejemplo, los medios utilizados, las circunstancias de la firma, el estado de ánimo del firmante, entre otras cuestiones pueden afectar a la forma de firmar y al resultado final).
En tal sentido, para que la firma electrónica sea válida, bastará con que el firmante sea quien la realice y, de esta forma, otorgue su consentimiento.
Es importante destacar que dentro del audit trail o documento probatorio, Signaturit recoge el dispositivo utilizado por el firmante al momento de firmar. En tal sentido, ante un eventual repudio de firma se le solicitará al firmante que firme repetidas veces en iguales condiciones a la inicial, es decir, utilizando el mismo dispositivo para que un perito calígrafo pueda analizar la velocidad, aceleración y presión ejercida por el firmante para determinar la autoría de la firma original.
En línea con lo comentado con anterioridad, la firma electrónica se analizará por un experto o perito tal como se realizaría ante un repudio de firma manuscrita, con la ventaja de que dicho experto contará con elementos adicionales (datos biométricos recogidos por Signaturit al momento de la firma) para realizar el correspondiente análisis que determinará la autoría de la firma impugnada.
Asimismo, es importante recordar que además de los datos biométricos relativos al grafo del firmante, Signaturit obtiene elementos identificativos adicionales (como la geolocalización, fecha y hora de firma, IP del dispositivo utilizado, código OTP, etc.) que podrán ser analizados junto con el correspondiente informe pericial para confirmar quién ha sido el firmante del documento en cuestión.
Por lo expuesto, el hecho de que la firma electrónica se parezca sustancialmente o no a la firma manuscrita del firmante no resulta determinante ni afecta la validez de la firma en cuestión, ya que los datos biométricos del firmante pueden analizarse independientemente del resultado final de la firma realizada.